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EQUIPO AL CAMPO
Con los lanzadores seleccionados, la tarea es encontrar una alineación que anote un mínimo de 850 carreras por temporada. La ofensiva del equipo sería bastante pareja, favoreciendo en la selección a peloteros con alto promedio de embasados.
1er bate.- Melvin Mora (SS): Mora no es el prototípico campo corto venezolano. De hecho, Mora no se ajusta a ningún molde, su carrera ha sido poco predecible. Es un jugador que maduró como pelotero tardíamente, comenzó a dominar la zona de strike cerca de su trigésimo cumpleaños. Estuvo siempre relegado por sus deficiencias, muy pequeño para ser un jardinero o infielder de las esquinas, y su defensiva era considerada poco solvente para ser un infielder del medio. Con el tiempo Mora ha superado todos los supuestos y se ha convertido en el jugador venezolano más versátil desde César Tovar. Su promedio, paciencia en el plato y velocidad lo hacen el abridor indiscutible del equipo.
2do bate.- Edgardo Alfonzo (2B): Alfonzo es el prototípico segundo bate. Bateador de habilidad que hace contacto con la bola y conoce el juego lo suficiente como para saber qué se necesita de él en cada situación. Como segunda base sería un candidato tanto para el guante de oro como para el bate de plata. Eso sí, Alfonzo hasta ahora no parece haberse recuperado de la lesión en la espalda que sufrió hace un par de años. Su sustituto a la defensiva sería indiscutiblemente Luis Rivas. Su sustito en el segundo orden al bate sería un poco más difícil de dilucidar.
3er bate.- Bob Abreu (CF): Abreu es la versión criolla de Barry Bonds: bateador de poder con excelente disciplina quien además puede robar 30 bases cada año. Abreu es quizás el jugador más completo en la historia de nuestro béisbol. Su talón de Aquiles ha sido la baja producción ante lanzadores zurdos. No obstante, la Vinotinto tendría tantos bateadores derechos de poder protegiendo a Abreu que no veo razones para cambiarlo del tercer puesto en la alineación.
4to bate.- Magglio Ordoñez (RF): Es mi opinión que cuando llegue al final de su carrera, va a ser considerado el mejor bateador venezolano de todos los tiempos. Se dice que en el beisbol no hay nada seguro; sin embargo, la Vinotinto podría contar cada año con un cuarto bate que logre 300 puntos y 30 jonrones, además de impulsar y anotar 100 carreras. Desde 1999 Ordoñez ha colocado al hilo cinco campañas de una consistencia notable. Con la velocidad, paciencia y habilidad de los tres primeros bateadores, Ordoñez podría no sólo mantener su producción sino aumentarla.
5to bate.- Roberto Petagine (1B): Alex Cabrera se ha llevado los titulares los últimos dos años en Japón. Por su lado, Roberto Petaguine se ha convertido a la calladita (como siempre) en el segundo mejor bateador del béisbol japonés de los últimos cinco años (el primero juega el jardín izquierdo para los Yankees). Petaguine es tan respetado en Japón que cuando los Gigantes sufrieron la pérdida de Matsui, inmediatamente contrataron al venezolano para cubrir la vacante dejada por Godzilla. Nunca recibió una oportunidad justa en EEUU. Sus características lo colocan como un posible bateador de 290, 25 jonrones y 90 impulsadas, un jugador similar a John Olerud (aunque no tan solvente a la defensiva).
6to bate.- Richard Hidalgo (LF): Hidalgo compite cada temporada consigo mismo, con la versión Hidalgo Y2K (314 de promedio, 44 jonrones y 122 impulsadas). Después de un par de años en los que sufrió lesiones, Hidalgo parece haber reencontrado su forma en el 2003. Todavía tiende a desconcentrarse y caer en trucos de los lanzadores contrarios. A la defensiva, fue el líder en asistencias para jardineros en la Liga Nacional en 2003, aún cuando dejó de participar en más de 20 juegos.
7mo bate.- José Miguel Cabrera (3B): El mejor jugador joven de Venezuela. A sus 20 años fue factor determinante en el triunfo de los Marlins de Florida. Su corta edad ha sido suficiente para mostrar cierto dominio de la zona de strike. Su pobre relación de ponches por boleto en el 2003 es el resultado de la impaciencia de los primeros meses y desconocimiento de los lanzadores. A su vez, pareciera conocer lo que debe hacer en diferentes situaciones tanto a la ofensiva como a la defensiva. Es un talento natural que pareciera no tener límites. El muchacho es además versátil, puede jugar en los jardines y en el cuadro sin causar desventajas a su equipo.
8vo bate.- Ramón Hernández (C): Es difícil determinar quién es mejor receptor defensivo entre Hernández, Henry Blanco y Eduardo Pérez. Por el contrario, sería ridículo intentar compararlos a la ofensiva. Hernández es mucho mejor que el resto de los receptores venezolanos. Por años los Atléticos de Oakland esperaron que Ramón Hernández se convirtiera en el bateador de grandes ligas que se infería, luego de analizar sus números en Venezuela y las menores. Finalmente en la temporada de 2003, Hernández demostró consistencia y contundencia a la ofensiva. En un parque difícil, grande, en medio de una alineación inesperadamente improductiva, Hernández fue el jugador más constante para los Atléticos en el 2003. Sin Tejada en el campo corto, los Atléticos van a necesitar de su producción en el 2004 aún más de lo que lo hicieron este año.
La banca incluiría a cinco jugadores. Alex Cabrera jugaría primera base contra lanzadores zurdos y sería un emergente de lujo del lado derecho del plato. Carlos Guillén sería el utility del cuadro y emergente ambidextro. Endy Chávez fungiría de corredor emergente y jardinero central en los últimos innings para reforzar la defensiva. Henry Blanco sería el suplente en la receptoría. El último puesto en la banca sería difícil de determinar. Entre tantos peloteros de excepción disponibles, es casi imposible decidirse por uno. Creo que al final tomaría a Tomás Pérez por ser poli funcional y ambidextro.
CONSIDERACIONES FINALES
Si la Vinotinto jugase en la Liga Americana, el campo corto y noveno bate debería ser Alex González, pasando a Mora al jardín izquierdo e Hidalgo al turno del bateador designado, con eventuales apariciones defensivas en el jardín derecho. En ese caso la mejoría no sólo sería ofensiva (con González bateando en lugar de los lanzadores) sino además defensiva. González es un posible guante de oro, Mora ha jugado con propiedad en el jardín izquierdo en la mayoría de sus encuentros en los últimos años e Hidalgo es mucho mejor a la defensiva en el jardín derecho.
Un problema grande serían las finanzas del equipo Vinotinto. En el 2003 los salarios más altos fueron - en dólares:
Abreu 9100000
Ordóñez 9000000
Alfonzo 4000000
Mora 1725000
Hidalgo 8500000
Guillén 2500000
Petaguine 11000000
ACabrera 9000000
García 6875000
Urbina 5000000
KEscobar 3900000
Para los próximos años, los salarios de Miguel Cabrera, Santana, Carlos y Víctor Zambrano van a subir de manera importante (en la actualidad todos ganan alrededor de 350 mil dólares al año) con lo cual el problema sería mayor. La nómina estaría por encima de 80 millones de dólares, lo cual requeriría de un apoyo inmenso de la fanaticada, medios y empresas venezolanas.
Como la mayoría de los sueños, la Vinotinto B.B.C. tiene pocas posibilidades de convertirse en realidad. Sin embargo, por primera vez en nuestra historia, la imposibilidad del sueño no recae en la falta de talento al campo. Si el itinerario de viajes no fuese tan complicado y nuestro país estuviese en una mejor situación económica, la idea de formar un equipo nacional que compitiese en las Grandes Ligas sería posible. La explosión del béisbol venezolano es absoluta. Creo que en pocos días tendremos lo único que nos falta, un manager con experiencia de Grandes Ligas. Con Guillén dirigiendo, asesorado por Aparicio, Armas, Carrasquel, Galarraga y Leal el equipo estaría completo. Made in Venezuela.