jueves, octubre 30, 2003

El juego no se acaba hasta...

Lo admito, apagué la radio después del debut de Edgar Alfonzo Jr. Además maldije una vez más el momento en que mis padres me concibieron, punto de partida de mi afición magallanera. Después de la derrota del martes (8-7 contra los mismos Caribes), ir perdiendo 6-1 en el quinto me parecía definitivo. Por ello apagué la radio y decidí lidiar con el karma de ser “turco” el día de hoy. Si no lo saben, Magallanes anotó seis, dio vuelta al marcador con jonrones de Redman, Clemente Alvarez y el Tapón y devolvieron la fe a mi espíritu. Tres cosa importantes infiero de este juego: Redman es un excelente jugador que espero se quede en Venezuela por toda la temporada; el Tapón está pasando por su mejor momento en nuestro béisbol; Pat Mahomes va a luchar por el puesto de cerrador en Pittsburgh el año que viene. Powell lanza hoy contra los Tigres en Valencia y tengan por seguro que voy a oír ese juego hasta el out 27. Por Meridiano van a pasar el Caracas-Lara. Voy a ver ese juego con el único objetivo de entender por qué los Cardenales han perdido 10 de 11.

lunes, octubre 27, 2003

VINOTINTO B.B.C. (2da parte)

(Para leer la primera parte, bajar hasta la publicación anterior)

EQUIPO AL CAMPO

Con los lanzadores seleccionados, la tarea es encontrar una alineación que anote un mínimo de 850 carreras por temporada. La ofensiva del equipo sería bastante pareja, favoreciendo en la selección a peloteros con alto promedio de embasados.

1er bate.- Melvin Mora (SS): Mora no es el prototípico campo corto venezolano. De hecho, Mora no se ajusta a ningún molde, su carrera ha sido poco predecible. Es un jugador que maduró como pelotero tardíamente, comenzó a dominar la zona de strike cerca de su trigésimo cumpleaños. Estuvo siempre relegado por sus deficiencias, muy pequeño para ser un jardinero o infielder de las esquinas, y su defensiva era considerada poco solvente para ser un infielder del medio. Con el tiempo Mora ha superado todos los supuestos y se ha convertido en el jugador venezolano más versátil desde César Tovar. Su promedio, paciencia en el plato y velocidad lo hacen el abridor indiscutible del equipo.

2do bate.- Edgardo Alfonzo (2B): Alfonzo es el prototípico segundo bate. Bateador de habilidad que hace contacto con la bola y conoce el juego lo suficiente como para saber qué se necesita de él en cada situación. Como segunda base sería un candidato tanto para el guante de oro como para el bate de plata. Eso sí, Alfonzo hasta ahora no parece haberse recuperado de la lesión en la espalda que sufrió hace un par de años. Su sustituto a la defensiva sería indiscutiblemente Luis Rivas. Su sustito en el segundo orden al bate sería un poco más difícil de dilucidar.

3er bate.- Bob Abreu (CF): Abreu es la versión criolla de Barry Bonds: bateador de poder con excelente disciplina quien además puede robar 30 bases cada año. Abreu es quizás el jugador más completo en la historia de nuestro béisbol. Su talón de Aquiles ha sido la baja producción ante lanzadores zurdos. No obstante, la Vinotinto tendría tantos bateadores derechos de poder protegiendo a Abreu que no veo razones para cambiarlo del tercer puesto en la alineación.

4to bate.- Magglio Ordoñez (RF): Es mi opinión que cuando llegue al final de su carrera, va a ser considerado el mejor bateador venezolano de todos los tiempos. Se dice que en el beisbol no hay nada seguro; sin embargo, la Vinotinto podría contar cada año con un cuarto bate que logre 300 puntos y 30 jonrones, además de impulsar y anotar 100 carreras. Desde 1999 Ordoñez ha colocado al hilo cinco campañas de una consistencia notable. Con la velocidad, paciencia y habilidad de los tres primeros bateadores, Ordoñez podría no sólo mantener su producción sino aumentarla.

5to bate.- Roberto Petagine (1B): Alex Cabrera se ha llevado los titulares los últimos dos años en Japón. Por su lado, Roberto Petaguine se ha convertido a la calladita (como siempre) en el segundo mejor bateador del béisbol japonés de los últimos cinco años (el primero juega el jardín izquierdo para los Yankees). Petaguine es tan respetado en Japón que cuando los Gigantes sufrieron la pérdida de Matsui, inmediatamente contrataron al venezolano para cubrir la vacante dejada por Godzilla. Nunca recibió una oportunidad justa en EEUU. Sus características lo colocan como un posible bateador de 290, 25 jonrones y 90 impulsadas, un jugador similar a John Olerud (aunque no tan solvente a la defensiva).

6to bate.- Richard Hidalgo (LF): Hidalgo compite cada temporada consigo mismo, con la versión Hidalgo Y2K (314 de promedio, 44 jonrones y 122 impulsadas). Después de un par de años en los que sufrió lesiones, Hidalgo parece haber reencontrado su forma en el 2003. Todavía tiende a desconcentrarse y caer en trucos de los lanzadores contrarios. A la defensiva, fue el líder en asistencias para jardineros en la Liga Nacional en 2003, aún cuando dejó de participar en más de 20 juegos.

7mo bate.- José Miguel Cabrera (3B): El mejor jugador joven de Venezuela. A sus 20 años fue factor determinante en el triunfo de los Marlins de Florida. Su corta edad ha sido suficiente para mostrar cierto dominio de la zona de strike. Su pobre relación de ponches por boleto en el 2003 es el resultado de la impaciencia de los primeros meses y desconocimiento de los lanzadores. A su vez, pareciera conocer lo que debe hacer en diferentes situaciones tanto a la ofensiva como a la defensiva. Es un talento natural que pareciera no tener límites. El muchacho es además versátil, puede jugar en los jardines y en el cuadro sin causar desventajas a su equipo.

8vo bate.- Ramón Hernández (C): Es difícil determinar quién es mejor receptor defensivo entre Hernández, Henry Blanco y Eduardo Pérez. Por el contrario, sería ridículo intentar compararlos a la ofensiva. Hernández es mucho mejor que el resto de los receptores venezolanos. Por años los Atléticos de Oakland esperaron que Ramón Hernández se convirtiera en el bateador de grandes ligas que se infería, luego de analizar sus números en Venezuela y las menores. Finalmente en la temporada de 2003, Hernández demostró consistencia y contundencia a la ofensiva. En un parque difícil, grande, en medio de una alineación inesperadamente improductiva, Hernández fue el jugador más constante para los Atléticos en el 2003. Sin Tejada en el campo corto, los Atléticos van a necesitar de su producción en el 2004 aún más de lo que lo hicieron este año.

La banca incluiría a cinco jugadores. Alex Cabrera jugaría primera base contra lanzadores zurdos y sería un emergente de lujo del lado derecho del plato. Carlos Guillén sería el utility del cuadro y emergente ambidextro. Endy Chávez fungiría de corredor emergente y jardinero central en los últimos innings para reforzar la defensiva. Henry Blanco sería el suplente en la receptoría. El último puesto en la banca sería difícil de determinar. Entre tantos peloteros de excepción disponibles, es casi imposible decidirse por uno. Creo que al final tomaría a Tomás Pérez por ser poli funcional y ambidextro.

CONSIDERACIONES FINALES

Si la Vinotinto jugase en la Liga Americana, el campo corto y noveno bate debería ser Alex González, pasando a Mora al jardín izquierdo e Hidalgo al turno del bateador designado, con eventuales apariciones defensivas en el jardín derecho. En ese caso la mejoría no sólo sería ofensiva (con González bateando en lugar de los lanzadores) sino además defensiva. González es un posible guante de oro, Mora ha jugado con propiedad en el jardín izquierdo en la mayoría de sus encuentros en los últimos años e Hidalgo es mucho mejor a la defensiva en el jardín derecho.

Un problema grande serían las finanzas del equipo Vinotinto. En el 2003 los salarios más altos fueron - en dólares:

Abreu 9100000
Ordóñez 9000000
Alfonzo 4000000
Mora 1725000
Hidalgo 8500000
Guillén 2500000
Petaguine 11000000
ACabrera 9000000
García 6875000
Urbina 5000000
KEscobar 3900000

Para los próximos años, los salarios de Miguel Cabrera, Santana, Carlos y Víctor Zambrano van a subir de manera importante (en la actualidad todos ganan alrededor de 350 mil dólares al año) con lo cual el problema sería mayor. La nómina estaría por encima de 80 millones de dólares, lo cual requeriría de un apoyo inmenso de la fanaticada, medios y empresas venezolanas.

Como la mayoría de los sueños, la Vinotinto B.B.C. tiene pocas posibilidades de convertirse en realidad. Sin embargo, por primera vez en nuestra historia, la imposibilidad del sueño no recae en la falta de talento al campo. Si el itinerario de viajes no fuese tan complicado y nuestro país estuviese en una mejor situación económica, la idea de formar un equipo nacional que compitiese en las Grandes Ligas sería posible. La explosión del béisbol venezolano es absoluta. Creo que en pocos días tendremos lo único que nos falta, un manager con experiencia de Grandes Ligas. Con Guillén dirigiendo, asesorado por Aparicio, Armas, Carrasquel, Galarraga y Leal el equipo estaría completo. Made in Venezuela.

VINOTINTO B.B.C. (1era parte)

Desde la aparición de los llamados “equipos de ensueño” que boricuas y dominicanos ensamblaron a mediados de los noventa, se comenzó a barajar la idea de crear franquicias de Grandes Ligas sólo con talento de las islas. En ese momento era impensable la creación de una divisa venezolana; sin embargo, hoy es posible hacer el ejercicio mental sin pecar de nacionalista. Esta fue por mucho tiempo cantera casi exclusiva de campo cortos, de peloteros “caribes”, de esos que no batean jonrones pero que pueden sacar jugadas de un sombrero de copas. Hoy la historia es otra, tenemos el talento para configurar un equipo grande. Al menos para soñar con uno.

Como gerente general de la Vinotinto B.B.C. (porque si es un sueño, voy a soñar completo) mi primer paso sería determinar el tipo de jugadores que se necesitan para una temporada de 162 juegos. Equipos de Grandes Ligas disponen de 25 jugadores cada día, de los cuales entre 10 y 12 son lanzadores. La existencia de jugadores poli funcionales como Melvin Mora, Carlos Guillén y Tomás Pérez, de bateadores ambidextros como los mismos Guillén, Pérez y Roger Cedeño, así como poder de los jugadores provenientes del Japón, permitirían afrontar una temporada con sólo 13 jugadores de campo. A su vez, la diferencia entre esta época en que podemos soñar con un equipo de Grandes Ligas nacional y el pasado es el increíble número de brazos criollos con calidad para lanzar en el mejor béisbol del mundo. Al considerar que se necesita que los lanzadores actúen por más de 1450 entradas al año, es prudente escoger 12 serpentineros criollos.

LOS LANZADORES

La rotación vinotinto tendría cinco lanzadores abridores. Para comenzar una hipotética temporada en 2004, esos abridores serían: Freddy García, Johan Santana, Carlos Zambrano, Víctor Zambrano y Kelvim Escobar. No hay un lanzador #1 indiscutible, pero la mezcla de talento es similar a la rotación que existe en Seattle, por cierto el equipo más ganador de los últimos cuatro años.

Freddy García es los más cercano a un lanzador #1 sin serlo. La inconsistencia es lo único que separa a García de ese remoquete. Freddy puede ser el mejor lanzador en su liga por todo un mes, para luego ser vapuleado el mes siguiente. Tienen la capacidad física para lanzar 200 innings cada año y García los lanzaría para la Vinotinto si mantuviese el promedio de bateo en contra por debajo de 250, le conectasen menos de 25 jonrones y diera un boleto por cada tres ponches.

Johan Santana es el mejor de todos los abridores. Su relación de ponches por base por bola es notable (cerca de 1 boleto por cada 4 ponches) , así como el anémico promedio que batean los que le enfrentan (220 en los últimos dos años). Lo mejor de Santana es que es un lanzador que combina habilidad con inteligencia. A Santana hay que ganarle conectando sus mejores lanzamientos. Hasta ahora no sabemos si Johan aguantaría físicamente la carga de lanzar toda una temporada como abridor. El año que viene despejaremos esa duda.

Carlos Zambrano es un lanzador con excelentes condiciones, quien parece destinado a brillar en medio de quizás la mejor rotación joven de la mayores, la de los Cachorros. Zambrano, Mark Prior y Kerry Wood conforman un trío que es frecuentemente comparado con aquél de los Atléticos de Oakland (Hudson, Mulder y Zito). Posee tres lanzamiento de los cuales uno (sinker) está entre los mejores de las mayores (recibió sólo 9 jonrones en 214 innings este año). En su primera temporada completa en el béisbol grande Zambrano demostró que posee la calidad y fortaleza para ser un tercer lanzador de lujo por muchos años.

Víctor Zambrano es un lanzador constante. Trabaja las esquinas y cambia velocidades, combina con eficiencia su repertorio, es un lanzador fino. En ocasiones es muy fino y por ello da una gran cantidad de boletos. Con el tiempo tendrá mayor dominio de la zona de strike, conocimiento de los umpires (importante para lanzadores con sus características) y posiblemente mejor apoyo ofensivo de su equipo (Tampa anota sólo 4,5 por cada 9 innings lanzados por Carlos). Un gran punto a favor de Zambrano es que pareciera reservar su mejores actuaciones frente a rivales difíciles. En una división complicada, Zambrano ha actuado muy bien frente a los difíciles Yankees, Medias Rojas y Azulejos.

Kelvin Escobar es el gran enigma de la rotación. Con la habilidad para ser un lanzador dominante, Escobar se encuentra regularmente atrapado en lagunas de descontrol. Escobar tiene una recta que alcanza las 97 millas en medio de un repertorio que incluye recta de dedos separados, recta cortada, slider y curva. Tiene condiciones físicas para brillar. Si logra mantener su concentración por toda una temporada podría ser un lanzador especial.

Para el bullpen, la Vinotinto tiene tanto talento como para la rotación abridora. Como relevistas largos, medios y eventuales abridores se contaría con Geremi González y Wilson Álvarez. Tanto Álvarez como González regresaron este año de lesiones que parecían haber puesto punto final a sus carreras. Los dos batallaron por casi cinco años con sus respectivas dolencias y se convirtieron en las historias que mejor combinaron deporte y melodrama durante la temporada 2003 (junto al intento de Galarraga por alcanzar los 400 jonrones). Los dos lanzaron de forma excelente y serían reemplazos lógicos si alguno de los abridores llegase a sufrir un lesión o bajo rendimiento. Si la Vinotinto llegara al séptimo inning con ventaja, las posibilidades de victoria serían inmensas. Para cerrar los juegos el equipo contaría con Francisco Rodríguez, Ugeth Urbina y Jorge Julio Tapia. En cualquier orden, del séptimo al noveno inning, la combinación funcionaría. Quedarían dos cupos disponibles que serían ocupados por alguno de los tres abridores lesionados este año, Antonio Armas Jr., Omar Daal y Carlos Hernández, o por los dos relevistas intermedios venezolanos que vieron más acción en el 2003, Juan Rincón y Carlos Silva.

(continuará)

Diez días después...

... no he escrito sobre el equipo al campo porque entre otras cosas aún no hay nada claro. Hasta ahora los Navegantes han sido los anti-Atléticos (de Oakland) con poca paciencia en el plato y pocos cuadrangulares. Pareciera ser que en estas primeras semanas Nieves, Choi y Redman van a tener que cargar con el equipo. El problema es la falta de paciencia. El Tapón ha tenido suerte hasta ahora pero si sigue haciéndole swing a todo lo que le lanzan va a bajar su producción más temprano que tarde. En el caso de Acuña dependemos de los lanzadores contrarios. Acuña es un out fácil, no hay necesidad de lanzarle un strike porque ese muchacho no deja pasar un lanzamiento por malo que sea. Veremos que pasa.
Con respecto a los lanzadores, Reagan parece que tomó una del libro de los Medias Rojas de Boston y va a utilizar sus relevistas sin un patrón predecible. No va a utilizar un cerrador fijo sino un comité dependiendo de las diferentes variables. Hasta ahora no ha perjudicado al equipo con el experimento y pareciera ser que, sin un lanzador dominante, la idea no es mala.

jueves, octubre 16, 2003

Viene la temporada.

Esta noche se cae por completo mi predicción de una Serie Mundial Cachorros-Medias Rojas (creo que los Yankees van a ganar) y al mismo tiempo comienza la temporada en Venezuela. Por ello voy a dejar a un lado las Grandes Ligas por este año (totalmente derrotado, como todos los años a esta altura) y voy a comenzar a enfocarme en la versión Magallanes 03.
Voy a comenzar con unos comentarios sobre los pitchers. La selección de los lanzadores importados es bien particular. Pat Mahomes, Brian Powell, Rob Stanifer, Tim Harikkala son todos veteranos, que pasan los 30 años. Todos son lanzadores de control, siendo Mahomes el mejor de todos con experiencia que pasa los 700 innings en Grandes Ligas. Corey Thurman es un lanzador de 24 años, quien tiene dos lanzamientos de grandes ligas (recta y cambio) pero poco control de su curva. Me suena que este es el tipo de jugador que viene a esta liga a practicar el lanzamiento que le falta para ser exitoso en Grandes Ligas. Ojalá mezcle sus lanzamientos lo suficiente como para que su proyecto-práctica no abulte la columna de juegos perdidos. El otro Corey que trae Magallanes este año, Brittan, es los que llaman un career-minor-leaguer. Tiene 28 años, no ha lanzado una pelota en Grandes Ligas luego de una carrera de 354 apariciones en las menores con efectividad de 3.26 carreras por cada 9 innings. Debe ser el relevista intermedio que sirva de enlace entre los abridores y el cerrador. Todos los lanzadores importados son derechos.
Entre los lanzadores nativos, Magallanes va a contar este año con Carlos Hernández, Rubén Quevedo, Wilfredo Ledezma y Miguel Piñango para la rotación y Edgar Ramos, Nelson Cañas y un grupo de muchachitos entre los que destaca Jean Machi como relevistas. Hay mucho talento, particularmente el de Hernández. Pareciera ser que el rol de cerrador es para el joven Juan Campos. De 23 años, Campos tiene limitada experiencia Doble A. A pesar de su excelente relación de ponches por boleto, creo que el experimento de Campos está ocurriendo antes de tiempo. Es cierto que estoy extremadamente feliz que Manacho esté ahora con los Tiburones, pero Campos es posiblemente el cerrador del futuro, no necesariamente del presente. La temporada regular nos servirá de prueba para hacer los correctivos para el round-robin (la “verdadera temporada regular” desde que clasifican 5 equipos). Otro día comentaré sobre los jugadores al campo.

miércoles, octubre 15, 2003

Debacle

Por razones de trabajo, tengo casi un mes sin escribir. Sin embargo, la debacle ocurrida anoche en Wrigley me forzó a apartar unos minutos de la hora de almuerzo para escribir esta pequeña reseña. Nunca, en más de 25 años de memoria beisbolística, he visto un juego como el disputado anoche entre Marlins y Cachorros. Específicamente esos fatídicos 15 minutos (hasta los fanáticos de los Marlins deben catalogarlos así, aún cuando fueron los grandes beneficiados) han hecho de mí un creyente de maldiciones, hechizos, contras y demás supersticiones que antes me parecían ridículas. ¿Cómo explicar ese octavo inning usando el método científico?

Soy fanático del Magallanes, pasé toda la década de los 80 y la primera mitad de los 90 viendo al equipo dejar ir juegos por errores físicos, mentales, malos lanzamientos o simple mala suerte. En ese lapso parecía inevitable la eventual debacle Magallanera; cuando llegaba no sorprendía. Sin embargo lo de anoche fue increíble. Lo que más me impresiona es que anoche vimos todo, todas las posibles formas de perder un juego en 15 minutos. Todavía creo que los Cachorros van a ganar esta noche.