sábado, diciembre 03, 2005

Dominio total...

De 6 (juegos), 6 (victorias). En un juego en el que el Caracas no sólo nunca tuvo chance, sino que además fue dominado en todos los aspectos (defensa, ofensiva y pitcheo), Magallanes solidificó su posición como el mejor equipo del torneo (si, mejor que los Tigres) completando su sexta victoria en la misma cantidad de encuentros en lo que va de semana. Al mismo tiempo, los Navegantes garantizaron que van a estar en dominio de uno de los cinco puestos de la clasificación cuando restan 18 juegos para concluir la ronda eliminatoria. Petit dominó de nuevo, la ofensiva fue productiva con distintos protagonistas, y el equipo tomó ventaja de los boletos y errores de los Leones. En definitiva, fue la más reciente demostración de la forma como este equipo está jugando: pitcheo abridor dominante, sólido a la defensiva y con una ofensiva efectiva.

Hay que reconocer el trabajo de Pedrique. Con un equipo joven y sin el talento que la mayoría de sus contrincantes tienen, el manager del Magallanes ha sido paciente con sus jugadores (el proceso de aprendizaje ha sido notable) y el manejo del cuerpo de lanzadores ha dado resultados interesantes. Es cierto que nos hemos beneficiado de una importación de excepción, de la coyuntura en la carrera de Carlos E. Hernández, del resurgimiento de un cuerpo de lanzadores nativos que el año pasado fue fatal, y del inesperado desempeño del Tapón Hernández. Todos esos elementos han sido esenciales en el resurgir de la nave turca. Como sea, aún con toda la buena suerte que el equipo ha gozado, no se puede negar el rol del manager en el renacimiento de la divisa. El trabajo de Pedrique ha sido indispensable.

Oficialmente en el autobús...

5 juegos, 5 victorias. Las dos últimas victorias mostraron un equipo redondo, con excelente pitcheo abridor (Franklin y Hernández lanzaron extraordinariamente) y con contribuciones ofensivas de distintos jugadores. Ayer (jueves), los cuadrangulares de Eddy Díaz, José Miguel Nieves y Alex Escobar pusieron el juego fuera del alcance del Pastora (frente a Palma, un lanzador que siempre le ha dado problemas al Magallanes). Hoy fue Endy poniendo la mesa, con Tomás Pérez, Restovich y (hasta) Ordaz impulsando. Buenos juegos, tremendos resultados y el equipo completó el paso del peor al mejor en menos de un mes. Esperemos que este fin de semana Magallanes se pueda consolidar en la primera posición, con juegos frente al Caracas (con Petit en el montículo) y La Guaira.

jueves, diciembre 01, 2005

Regreso a la escritura...

Cuando decidí crear esta página, mi intención fue ser mucho más constante de lo que he sido. Por razones de trabajo (y tengo que admitir que por el pobre desempeño del Magallanes en la última temporada) dejé de comentar por un período prolongado. Creo que en gran parte mi poca productiva se debe a que espero escribir artículos extensos, cuando en realidad la mayoría de los temas sobre los que quiero comentar no aguantan más de 300 palabras. Por ello voy a intentar ser más consecuente, publicando comentarios más cortos.

Como sea, este post es bien largo. Para comenzar hay que comentar con el resurgir del equipo durante los últimos 18 juegos. Luego de un comienzo por demás embarazoso, ganando 7 de los primeros 20 juegos, el Magallanes no sólo ha hecho un giro de 180 grados, sino que se ha convertido en el mejor equipo de la liga. Jugando en (sin duda) la mejor división de la liga, Magallanes ganó menos de dos juegos a la semana durante el primer mes (7 en total), y desde entonces ha terminado cada semana con al menos 3 victorias, incluyendo esta última racha (13-5) que colocó al equipo un juego por encima de 500. La racha comenzó el 10 de noviembre con una victoria 6-2 contra el Caracas (Carlos Hernández dominando) y desde entonces sólo las derrotas consecutivas del 22 y 23 de noviembre contra Caracas y Lara (con Hernández y Petit lanzando) han impedido que Magallanes esté solo en la segunda posición. En la actualidad se encuentra empatado con La Guaira en el segundo, a dos de los punteros Caribes y sólo con medio juego de ventaja sobre los Leones. Como sea, el equipo se ve muy bien por estos días.

A la ofensiva, al equipo lo han cargado Luke Scott y Michael Restovich, con la eventual ayuda de Raven y Torrealba. Endy Chávez y el Tapón han hecho un excelente trabajo embasándose delante de los bateadores grandes (si, el Tapón, el mismo que tengo años criticando cada vez que puedo), y tenemos que esperar por un buen final de la temporada regular para Tomás Pérez, Baldiris y Héctor Giménez. Aún con la increíble producción ofensiva de los importados, me parece que la clave ha sido pitcheo. Gaudin, Petit, Hernández y Guerrier han comido innings con efectividad y tienen balance combinado de 12 y 6. Brian Sweeney (0-2 3.86 era) han lanzado efectivamente (quizás embasa mucha gente, con un whip por encima de 1.5) pero ha tenido mala suerte. Geremi González se reencontró y fue el ganador de quizás el mejor juego de la temporada (en relevo de tres innings en la victoria 2-1 sobre el Zulia en 12 entradas) y se perfila como el cerrador para el resto de la temporada. Brian Duckworth lanzó muy bien en relevo intermedio y cerrando mientras estuvo por acá. Miguel Piñango, Anibal Sánchez, José Rodríguez y Carlos Vásquez han llenado los huecos en los relevos intermedios. Aparte de la carencia de un cerrador dominante (aunque Geremi debe hacerlo bien de aquí hasta el final), el cuerpo de lanzadores se ve en excelentes condiciones.

¿Qué podemos esperar? Como pocas veces en los últimos años, la liga está abierta, cualquiera de cinco equipos puede ganar y, afortunadamente, Magallanes es uno de ellos. La presente semana no pudo haber comenzado mejor (con una victoria frente a los Tigre y 2 frente a las Aguilas) en una gira occidental que nos va a preparar para dos juegos importantísimos este fin de semana frente a los Leones y los Tiburones en Valencia. En dos semanas sabremos si esto fue sólo una buena racha o el equipo es realmente bueno.

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Sin considerar esta última racha de victorias, me asumí en etapa de transición hace ya algún tiempo (y en alejamiento moral del presente de la divisa luego de la contratación de Raven) y desde entonces he seguido a los prospectos magallaneros más prominentes. Los cambios que involucraron a Anibal Sánchez y Yusmeiro Petit me hicieron reabrir los expedientes que llevaba sobre los dos jugadores. Comienzo diciendo que si vamos al historial de los Marlins en los últimos años, no se que están haciendo en las menores o que le están dando de comer a sus muchachos pero, sea lo que sea, está funcionando. Tengo ya cuatro años esperando por el prospecto de los Marlins a quién se le salga el brazo de lanzar tantos innings, y hasta ahora no sólo no han ocurrido infortunios sino que gente como Dontrelle Willis (el Cy Young no oficial de la Nacional), A.J. Burnett y Josh Beckett han sido excepcionales. Es cierto que tanto Burnett como Becket han sufrido lesiones, pero en su mayoría se deben a problemas de mecánica y el delicado dedo medio de Beckett (ha estado al menos tres veces en la lista de incapacitados con ampollas) no a uso excesivo. Es ridículo pensar que tanto Sánchez como Petit tienen talento similar al de Burnett o Beckett o Willis; sin embargo, tanto el control de Petit como la recta de Sánchez deben florecer en Florida (o dónde sea que se muden los Marlins) sin las presiones de Boston y Nueva York.

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Continuando con las notas de los prospectos magallaneros, esta la comencé a escribir hace tres meses:

Viendo el juego de estrellas futuras en televisión (en el cual aparecieron los dos, Sánchez y Petit) decidí mantener un estudio de los números de los magallaneros en las menores y me conseguí con buenas noticias. Siempre he creído en la teoría que cualquier equipo que aspire tener éxito en nuestra liga profesional debe tener al menos dos de tres elementos: una buena base de jugadores venezolanos en las menores; al menos una estrella nativa que juegue en las mayores o Japón; y una buena importación. Creo que es una teoría que está en el inconsciente colectivo, nunca se la he oído a nadie y jamás la he leído, pero no me suena como una idea nueva, original. Como sea, en la última década ésta ha sido la norma, con Lara, Magallanes y Aragua ganando la mayoría de los torneos (Zulia ganó la 99-00). El Magallanes de los 80 y comienzos de los 90 es un ejemplo claro de un equipo que sufrió por no tener una buen base criolla y ninguna estrella nativa. En algunas temporadas los importados mantuvieron al equipo en batalla, pero el equipo siempre falló por falta de material criollo. Los criollos que parecen ser la nueva camada de magallaneros:

Yusmeiro Petit: Considerado por Baseball America como el mejor lanzador de control en los equipos menores de los Mets (antes del cambio, por supuesto), Petit dominó Doble A (9-3, 2.91, 130 Ks en 117.2 innings) y fue vapuleado en tres aperturas en Triple A (0-3, 9.20 de efectividad). Me imagino que los Marlins van a poner un límite de entradas, quizás 60 para completar 190 en el año.

Aarom Baldiris (Mets): Desde hace tiempo conocemos el nombre. Este año demostró que es un jugador sólido, quizás comparable con Edgardo Alfonzo, pero sin duda por debajo en talento. Su promedio de embasados (341) muestra cierta disciplina, lo cual es indispensable considerando que tiene poder ocasional (11 HRs en 495 turnos). El ascenso de Wright en la organización puede conllevar a un cambio de posición (de 3B a 2B). Como sea, creo que es un jugador sólido para esta liga a quien todavía le faltan al menos un par de temporadas para estar en las mayores.

Anibal Sánchez: Dominó clases A y Doble A. Es parte de la rotación del futuro de los Marlins con Willis y Petit, y hasta hace un par de semanas era parte del futuro de los Medias Rojas junto a Papelbon y Lester. Tiene suficiente talento para convertirse en uno de los principales prospectos de cualquier equipo en las mayores. En Venezuela me imagino que lo veremos como relevista intermedio por toda la temporada, quizás lanzando unos 25 innings.

Hector Giménez: Bateó bien en Corpus Christi, pero su progreso continúa con cierta lentitud. Para mí el muchacho sigue siendo el bateador con swing vistoso pero no lo suficientemente rápido para las mayores. Su OPS en doble A fue 755, nada impresionante. Sin embargo, es un sólido jugador para esta liga. Siempre tiene al menos un par de juegos por temporada en los que carga con el equipo, aparte que al ser un bateador zurdo complica un poco la estrategia de los managers contrarios.

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El título de los Medias Blancas fue, sin duda, el resultado de quizás el mejor staff de lanzadores que haya visto en mi vida. Es cierto que otros grupos han incluido a más jugadores que van camino al Salón de la Fama (como Atlanta con Maddux, Glavine y Smoltz, o los Yankees con Clemmens, Rivera y Pettitte), pero nunca había visto 11 lanzadores que fuesen dominantes, que estuviesen en excelente forma casi que al mismo tiempo. Siempre hay un lanzador que entra en la post-temporada en mala forma, lesionado, cansado o simplemente en una mala racha. Todos los Medias Blancas entraron en excelente forma, quizás con la excepción de Hermanson y Marte, quienes al final fueron utilizados poco pero fueron efectivos. La cantidad de talento en el equipo fue tal que quizás el mejor pitcher de las tres últimas semanas de la temporada regular (Brandon McCarthy) quedó fuera del roster para los playoffs. El peor pitcher en efectividad durante los playoffs fue el todos-estrellas Mark Buehrle (3.47). Increíble. Para todo lo que se habló de la manera como Guillén dirigió a los jugadores a la ofensiva ("smart ball" y todas las insensateces sobre las virtudes o desventajas de las bases robadas) la clave estuvo en el manejo de los lanzadores. Creo que Guillén y Don Cooper crearon un plan de acción que va a ser copiado en el futuro.

¿Va a ser Guillén exitoso en los años por venir? Me parece que esta victoria lo coloca en excelente posición. Su relación con el gerente general Ken Williams no sólo es productiva, sino que pareciera ser que están en la proverbial "misma página". Aparte, por alguna razón, Guillén se sale con la suya en situaciones en que la mayoría del resto de los managers y coaches no salen bien parados. Guillén se peleó con Ordóñez y Thomas a través de los medios, criticó a sus jugadores de manera pública, hizo la ridícula predicción del retiro si ganaba. Pocos managers han hablado tanto en una temporada para terminar siendo considerados genios al final. Larry Bowa nunca hubiese podido sobrevivir una temporada como la que pasó Guillén.