sábado, noviembre 29, 2003

Se acabó el recreo…

Carlos Guillén, Melvin Mora, Luis Rivas y Johan Santana. Guilén y Rivas son dos grandes ligas quienes tienen en el béisbol del norte un potencial aún no realizado. Eso si, a esta liga la dominan. Melvin es el jugador más versátil que ha dado este país desde César Tovar (Luis Salazar nunca llegó a estar en el mismo nivel, por si acaso algún guaireño quiere discutir). Santana es, simplemente, el mejor lanzador nacido en estas tierras. Mejor que Freddy, mejor que Wilson, mejor que el Carrao (para los veteranos). Esto es lo que mantiene la fe viva.
Más allá de la llegada de los “caballos” y de la victoria de hoy (frente al Caracas 5 por 2), desde ayer estoy pensando que el Magallanes de la actualidad no tiene nada que ver con el Magallanes que seguí en mi infancia y adolescencia. Particularmente, no soy un fanático del Tapón; de hecho creo que si toma más de 180 turnos al año, las posibilidad de clasificación del Magallanes se reduce en dos juegos. Sin embargo, verlo ayer sentado luego de la derrota ante los Tigres me hizo pensar que los jugadores del Magallanes del presente se dan cuenta de lo que significa la camiseta, la historia del equipo. Magallanes debe estar arriba, en los primeros lugares, seguros de un puesto en la post-temporada. Eso lo sabe el Tapón. La presión estaba ahí y con ella la preocupación por el bajo rendimiento. Porque llegar a 20 derrotas en 35 juegos es tanto como perder 60 en 100 juegos de Grandes Ligas. Es lo más cercano a una eliminación anticipada. Y el Tapón sabe que su futuro en el equipo puede muy bien estar en peligro sino se logra la clasificación. Los Guillén y los Santanas van a ser parte del Magallanes hasta que se retiren. El Tapón sabe que si el equipo no se mantine cerca hasta que lleguen los caballos, muy facilmente podría estar jugando para Pastora la temporada que viene. Esa preocupación pareciera que nunca pasó por la mente de Angel Escobar o Alfredo Torres, prototípicos magallaneros de los 80s. Los muchachos de hoy, aún con todas sus limitaciones al campo, al menos se dan cuenta que con un uniforme tan importante vienen responsabilidades.
Se que el equipo está en un hueco; sin embargo, a partir de la semana que viene, Magallanes va a poner al campo una alineación muy distinta a la que ha puesto hasta ahora. Mañana va a ser un día sumamente importante con el doble-juego. El bullpen está agotado y mañana se juegan 18 innings. No quiero empavar la cuestión, pero creo que el juego de hoy ha levantado a los jugadores tanto como lo ha hecho con este fanático (y algunos más con los que he conversado). Todavía hay tiempo. Se acabó el recreo; de ahora en adelante al Magallanes va a ser mucho más difícil ganarle.

sábado, noviembre 22, 2003

Lástima...

Todo Caracas-Magallanes es especial, particularmente cuando juegan en Caracas. Y son especiales porque sólo los eternos rivales convocan alrededor de 30 mil personas, quienes, además, gritan a rabiar por tres horas. Mi amigo César, fanático del Cardenales, quiere ir a ver uno de estos juegos porque quiere disfrutar del ambiente. César ha ido a innumerables juegos del Cardenales, pero sabe que ir a un Caracas-Magallanes es distinto. Sólo los ha visto por televisión pero es lo suficientemente inteligente para percibir la diferencia. No tienen nada que ver con el calendario, con la tabla de clasificación o con la serie particular. Cada juego es único, lo marcamos en el calendario fanáticos de uno y otro bando (y los directores de programación de los canales de televisión).
La introducción fue un intento de controlar mi primer impulso. El control llega hasta acá. No puedo creer que uno de los diez juegos más importantes del año (en serio, un Caracas-Magallanes al comienzo de la temporada es más importante que Tigres y Tiburones jugando el séptimo de la final) sea dejado bajo la responsabilidad de un umpire tan mediocre y carente de sentido común como Bryan Kennedy. Muy pocas veces he drenado la frustración de la derrota despotricando contra un umpire, pero esta vez no puedo evitarlo. Más allá de la mediocridad reiterada durante los primeros siete innings, el climax fue el turno de Choi en el octavo. La única forma que un umpire principal decente cante un strike en un medio swing a esas alturas del juego es con la ayuda de los umpires de primera o tercera. Mucho menos en un medio swing en el que Choi ni insinuó intención alguna por conectar la bola o proteger el plato. Si a eso se agrega que habían tres en base, sin outs, en un conteo de 2 y 2, no entiendo como una persona medianamente capaz haya tomado la decisión que Kennedy tomó, cantar el strike sin consultar. Y luego de ese momento, Reagan realizó el cambio de Giménez por Redman y el juego se terminó. Es cierto, descubrir a Giménez ha sido quizás lo mejor que le ha pasado al Magallanes este año. Sin embargo, si Reagan considera que tiene a alguien en la banca que batea mejor que su quinto en la alineación, ¿por que no lo metió a jugar desde el comienzo? Además, al utilizar a Giménez en sustitución de Redman, Reagan permitió que Acuña bateara, quizás el más vulnerable de los jugadores en la alineación turca. Por Dios, prefirió a a Acuña sobre Redman. Redman está pasando por un mal momento ofensivo pero sin duda es mucho mejor bateador que Acuña, no sólo por habilidad sino por inteligencia. Acuña conectó para un perfecto (y hasta predecible) 46-63 y listo.
En el análisis final, la ofensiva falló nuevamente. De verdad, dependemos mucho de Choi y el surcoreano deja el equipo hoy para no regresar. Lo que vayamos a hacer de ahora en adelante es cuestión de la gerencia general. Se habla de la posible contratación de Alfonzo e Hidalgo, pero de verdad creo que el rumor es más un sueño de los directivos e integrantes del circuito radial que una opción real. Nichols, Carlos Guillén y Robert Machado se incorporarán al equipo en pocos días, pero no se si esos tres movimientos sean suficientes. En cuanto a los lanzadores, Franklin va a reforzar el bullpen (pero perdemos a Staniffer), y la directiva espera que Quevedo, Ledezma y Piñango comiencen a lanzar como en el pasado. Sin embargo, me parece que el Magallanes necesita más cambios. Faltan 30 juegos, hay tiempo, pero estamos a 4 juegos, últimos en la división.
Aparte, la ida de Choi permite cerrar el capítulo del surcoreano en esta temporada. Choi demostró ser un bateador con poder y paciencia, uno de esos jugadores entrenados para batear. Pero también mostró se un jugador vulnerable cuando le cambian la velocidad o tiene que conectar la curva. Choi puede batear cualquier recta pero pierde su forma cuando le recetan una buena dosis de lanzamientos lentos y quebrados. Y la receta fue usada con regularidad por lanzadores contrarios en estos últimos días, lo cual hizo que la gran mayoría de los fanáticos magallaneros con quienes he hablado no gustan del surcoreano. Choi me parece que al final va a ser un buen jugador. No creo que esta temporada los Cubs le den la oportunidad de ocupar la primera base con regularidad, pero de hacerlo creo que su paciencia en el plato sería una mejoría sobre la pareja de inicialistas que tuvieron el año pasado, Eric Karros y Randall Simon.

viernes, noviembre 21, 2003

Otra vez...

Tiempo para preocuparse. La derrota de anoche 15-2 en Maracaibo dejó al Magallanes a tres juegos de la clasificación, últimos en la división oriental. Y realmente lo que preocupa no son los tres juegos o el último lugar, sino la regularidad con la que estamos sufriendo derrotas como la de anoche. Pareciera que cada semana el Magallanes nos brinda una de esas actuaciones en las que el equipo falla en todos los aspectos del juego. Posiblemente el problema más grave es el relevo intermedio. Ayer el bullpen permitió 9 carreras en el octavo, con José Rodríguez, Wilfredo Ledezma y Miguel Piñango lanzando la práctica de bateo. Cada semana sufrimos una o dos actuaciones desastrozas de los relevistas. No se puede ganar consistentemente con ese patrón. Por otro lado, el equipo necesita dos bateadores más. Sin Nieves, dependemos mucho de Choi. Además, ya los lanzadores contrarios están encontrando los supuestos "huecos" en el swing del surcoreano. El equipo no está bien, Redman dejó de producir, Quevedo ha sido inconstante y ninguno de los jugadores magallaneros ha tenido una campaña notable (bueno, quizás Choi). Nos faltan tres juegos para la mitad de la temporada y hay que comenzar a aplicar los correctivos ya. Se que hace menos de diez días me parecía que debíamos tener paciencia, pero los últimos resultados me hacen pensar que en definitiva vamos a tener que hacer cambios. Ojalá Melvin se incorpore al equipo pronto.

jueves, noviembre 20, 2003

Qué noche...

La victoria de Venezuela ante Bolivia fue el mejor juego que yo haya visto de selección venezolana alguna. Lo admito, fue un juego más emotivo que de calidad; en el pasado hemos visto juegos mucho más dominantes de la Vinotinto, como aquél contra Chile en la eliminatoria pasada. Pero el del día de la Chinita del 2003 será recordado por mí por haber hecho de mí un creyente de la selección.
A los dos equipos les costó mucho llegar a las áreas contrarias y los goles fueron todos en circunstancias muy extrañas. Aún así, no fue un mal juego. Venezuela se descompuso en pocas jugadas, la más crítica un contragolpe cerca del final que hubiese colocado el juego 2-0 de no haberse atravesado el pie de Angelucci. Y el final fue para gritar los goles. El empate fue merecido y a la victoria le faltó muy poco para ser catalogada de milagro por el Vaticano. Bueno, realmente la victoria fue producto de suerte en gran parte, pero acompañada por una determinación colectiva que nunca había visto en equipo venezolano alguno. Perdiendo 1-0 la selección estaba arriba, buscando el empate. Nunca desde que tengo memoria. Bueno, tal vez en aquél juego en San Cristóbal contra la Argentina de Maradona en el 84. No se, la diferencia es muy sutil, difícil de articular pero uno la percibe, el equipo tiene chance de ganar y en esta oportunidad lo logró en tiempo agregado. Dudo mucho que ante Brasil o Argentina el equipo hubiese podido obtener un resultado similar, pero ¿quién está diciendo que estamos compitiendo por un puesto en el Mundial contra los grandes? Tenemos que ganarle a los bolivianos y colombianos que están en transición y a los chilenos ahora que están abajo, además de fajarnos con la mejor generación de peruanos en decadas y el mejor equipo ecuatoriano de todos los tiempos. Esos son nuestro rivales.
No se si esta va a ser la última victoria del Pre-mundial. Por si acaso, salí a celebrar en Las Mercedes. Debe ser bien sabroso ser brasileño o argentino: ellos tienen al menos una celebración similar cada año. Como sea, hoy he leído sobre el conteo de los 30 puntos (pensé en ese conteo después de la victoria frente a Colombia, pero me parece muy temprano para sacar cuentas). Lo importante es ganarle a nuestros rivales directos en casa y sacar al menos un punto como visitantes. Y ligar porque los equipos grandes le ganen a nuestros rivales directos y que nuestros rivales directos empaten entre ellos. Parece un travalenguas, pero no es tan complicado. Al menos de aquí hasta marzo vamos a estar sentados en el quinto puesto de las eliminatorias, lugar que nos daría un chance para luchar un pasaje para Alemania con el ganador del grupo de Oceanía.

sábado, noviembre 15, 2003

Por Fin.

1-0 en Barranquilla. Colombia no está bien en el plano futbolístico (entre otros). Aún así, ganar en Barranquilla ante un equipo que tiene jugadores del nivel internacional de los colombianos es sumamente importante para nuestra selección. El gol de Arango es quizás el más bonito que yo haya visto por jugador venezolano alguno en un partido de estas características. Lo más importante es que con estos tres puntos se mantiene la espectativa, crece la esperanza que Venezuela, con una combinación de resultados, pueda entrar en competencia por uno de los puestos suraméricanos en el Mundial. Ahora, contra Bolivia, tenemos ventaja. No sólo vamos a jugar contra locales (y esperemos que Maracaibo salga a respaldar a la selección) sino que además vamos a tener a nuestro favor un viaje menos largo que el de los bolivianos y unas cuantas horas más de descanso. No se si estoy sufriendo de optimismo infundado, pero las probabilidades de tener seis puntos para el próximo martes me parece son altísimas.

Corey Thurman.

Por alguna razón, Corey Thurman no ha funcionado. Cuando los directivos del Magallanes anunciaron los lanzadores importados que iban a traer para esta temporada, me pareció que eran en su mayoría jugadores veteranos que habían pasado sus mejores años. Thurman era la excepción. No sólo es el más joven de los lanzadores importados (con 24 años) sino que además tiene dos lanzamientos de Grandes Ligas en sus recta y su cambio. No se si Thurman va a ser un Eric Karros, quién no pudo jugar bien en esta liga un año antes de comenzar una larga y efectiva carrera en las Grandes Ligas. Ojalá así sea, por Thurman. Sin embargo, me parece que con la llegada de Wilfredo Ledezma, Reagan tiene la oportunidad de sacar a Thurman de la rotación por un par de aperturas y ayudarlo a conseguir su ritmo en el bullpen y no en el campo de juego. Por otro lado, la noticia que Melvin Mora va a jugar este año es alentadora. Como hace dos años, Melvin no sólo será un jugador por encima del promedio de la Liga, sino que además sentará un ejemplo para los jugadores más jovenes con su paciencia al plato. Se que van a experimentar con Mora en tercera base y de verdad no creo que sea para preocuparse. Si alguien puede adaptarse a la transición en este equipo, ese jugador es Melvin.

jueves, noviembre 13, 2003

Paciencia...

Con lo cerrada que está la división central, este no es el momento para preocuparse por lo que pasa en otros estadios. Primero Magallanes tiene que jugar con consistencia antes que podamos comenzar con el cruce de resultados. Aún con todos los problemas, el equipo ha ganado 11 de 22, estamos a sólo 2 juegos de Caribes y empatados con Oriente y Caracas en la columna de derrotas. Esta noche Carlos Hernández estuvo dominante, Magallanes no cometió errores al campo y todo el equipo bateó con consistencia. Esperemos que sea el comienzo de una buena racha. Ahí está la clave, que el equipo deje esta suerte de sube y baja que ha caracterizado el primer mes del torneo. Es hora de comenzar a ganar juegos en fila, de no caer en lagunas mentales, hacer las jugadas defensivas y tener buenos turnos al bate. Históricamente esta ha sido una liga que no se gana con grandes picos sino con juego estable de calidad. Paciencia por los momentos. Por lo menos hasta el Juego de Estrellas.

miércoles, noviembre 12, 2003

Reflexiones del pasado fin de semana...

Después de la derrota del domingo ante los Innombrables, todos los magallaneros con quienes he hablado han mostrado cierta frustración. Cualquier derrota ante el Odiado Rival es difícil; sin embargo, el fin de semana, en líneas generales, fue bueno, promisorio. Ganaron Carlos Hernández y Rubén Quevedo (las dos primeras victorias obtenidas por abridores del Magallanes esta temporada) y aparte lanzaron bien. Creo que Hernández va a ser la clave este año. Como Santana hace dos años, necesitamos que Hernández lance con efectividad esos seis innings por apertura que Reagan le va a dar. Por los momentos creo que nos queda esperar que Carlos Guillén pase el examen físico para poder jugar acá. Y rogar porque Acuña deje pasar unos cuantos lanzamientos contra el piso.

viernes, noviembre 07, 2003

Semana Difícil...

Debí haber escrito antes del juego de ayer (victoria del Zulia 6x4, con sólo 5 indiscutibles marabinos por 14 del Magallanes) para mostrar cierto optimismo. Hoy creo que hemos disfrutado de mucha suerte con este Magallanes de los primeros 18 juegos, ganador de 8 de esos encuentros. Hasta ahora ningún abridor ha ganado, la defensiva ha sido atroz y el equipo ha sido improductivo a la ofensiva. El juego de ayer es una excelente muestra. El equipo cometió errores a la defensiva (de los que aparecen en los numeritos y de aquellos que no), corrió mal las bases (por cierto, que Giménez no haya anotado en el 6to es responsabilidad de Cedeño mas que del propio Giménez) y no pudieron conectar con corredores en base. Que Freire nos gane un juego con jugadas caribe es imperdonable. Se que lo importante es entrar en el round-robin y que el Magallanes está aún en buena posición para pasar esta ronda eliminatoria. Sin embargo, el equipo hasta ahora ha mostrado consistencia sólo para conseguir nuevas formas de perder juegos. Veremos...