No he escrito desde la eliminación del Magallanes y este “post” es para hacer mis comentarios de la semifinal. Primero, mi predicción para la final es que será un enfrentamiento clásico de ofensiva (la de Caribes) contra lanzadores (los de los Tigres). Sin embargo, los lanzadores de Caribes son tan malos que va a parecer que el equipo más bateador es el de los aragüeños. Creo que va a ser una serie interesante en la que los Tigres se titularán en 6 juegos.
Comentando el round-robin, quisiera hacer una reflexión general. Se puede dividir un roster venezolano en tres grandes areas: criollos jóvenes, criollos consagrados e importados. Cada equipo tiene, en mayor o menor grado, una mezcla de jugadores que caen en cada una de esas categorías. Este año (no se si por la situación del control de cambio) los equipos dependieron en gran parte de sus criollos. Esos si, los equipos que tuvieron representación balanceada entre criollos jóvenes y consagrados, y aparte gozaron de importados eficientes (i.e. Tigres y Caribes) lograron su pase a la final. Caracas tuvo a sus jugadores consagrados, pero no contó con buen soporte de su generación de relevo. La Guaira y Pastora se quedaron en el camino debido en gran parte a su pobre importación (sólo Romano y Perisho cumplieron) y la inconstancia de criollos claves. Como sea, quedó demostrado una vez más que, con un round-robin de 5 equipos, la ronda eliminatoria significa muy poco.
Un comentario que he oído hasta el cansacio es que está campaña será recordada como la del resurgimiento de Caracas y La Guaira, y la caída de Magallanes y Lara. He leído más de una vez que los equipos de la capital tienen por fin una cantera productiva de jugadores nativos, mientras valencianos y larenses no han desarrolado jugadores que suplan a los retirados y consagrados que no juegan en el país. Ridículo. El comentario es absurdo porque: primero mete a Cardenales y Magallanes en un mismo saco (el caso del Cardenales es de cuidado); segundo, es la conclusión de un anális basado en resultados recientes, nada más. Aparte de Carlos y Víctor Zambrano, no creo que ningún lanzador joven abridor venezolano está al mismo nivel de Johan Santana y Carlos Hernández; Wilfredo Ledezma y Rubén Quevedo son dos muy buenos lanzadores para esta liga; Campos y Petit están a uno o dos años de ser muy productivos en Venezuela; Piñango es mucho mejor de lo que lanzó este año; y eso es sólo considerando a los lanzadores. Al campo, Magallanes tiene a Rivas, Chávez, Escobar, Nieves y Giménez como fijos para los años próximos. Si podemos contar con Guillén y Mora por parte de la temporada y una importación sólida (nada espectacular) me gusta el Magallanes de temporadas por venir. No entiendo como a un equipo al que pareciera haberle caído una maldición este año ahora se le considera acabado. Por el otro lado, los Leones gozaron de una producción inusitada del grueso de sus jugadores y se cree ahora que ese es el verdadero nivel de su plantilla. Si fuese caraquista, me sentaría a esperar por un nuevo campeonato de bateo de Scutaro o 51 impulsadas y 11 jonrones de Henry Blanco. No va a pasar más nunca. No voy a lanzar predicciones sin base, pero el Magallanes no se ve mal. No fue este año, pero no creo que haya razón alguna para pensar que el próximo no puede ser nuestro.